Pocos lo saben, pero el bandoneón nació en Alemania. Se inventó a mediados del siglo XIX a modo de pequeño órgano portátil, para interpretar música sacra. Y no deja de resultar paradójico que, décadas después, llegara a Argentina para unirse por siempre a un baile tan alejado de los valores religiosos como el tango.
Hay muchas maneras de acompañar a esta danza, pero el bandoneón y el violín están siempre presentes. Y ese es el formato con el que se presenta el Dúo Mayor, formado por Tito Cartechini y Santiago Kuschevatzky. Se trata de dos veteranos músicos, argentinos pero afincados en España desde hace años, con los que hemos charlado acerca de ese primo lejano del acordeón, cuyo sonido melancólico es, desde hace casi un siglo, santo y seña de la música porteña.