Una abuela que ha llevado al padre de sus nietas a los tribunales. Asegura que para poder verlas tiene que ir al patio del colegio. No quiere conformarse con eso y por ello, pide un régimen de visitas que le permita mantener el contacto frecuente con las menores.
   
Hace dos años que Lourdes Calvo, de 79 años, no pasa tiempo con sus nietas de 11 y 12 años. Para verlas ha tenido que ir al patio del colegio porque, asegura, su yerno no se lo permite.

Recuerda cómo, cuando su hija falleció, fue ella quien se hizo cargo.

El padre de las niñas, que acaba de someterse a una operación de cambio de sexo, consiguió su custodia y se remite al informe de los psicólogos. No niega que vean a su abuela, pero en un centro de intercambio y sólo durante unas horas.

La abuela cree que su transexualidad no es bueno para las niñas. El padre insiste en que los expertos lo consideran muy capaz de dar buena educación a sus hijas.

 Aunque los abogados han hablado con ellos para intentar llegar a un acuerdo no ha sido posible y el juicio se ha celebrado. Será el juez quien dictamine si podrán ver a su abuela. A ella, dos horas al mes, le parece poco. Más aún, cuando tendría que acudir desde Zamora hasta Valladolid.