Rampas demasiado empinadas o escaleras como éstas son las barreras con las que se encuentran a diario las personas con movilidad reducida. Más de un millón y medio de personas con movilidad reducida necesitan ayuda de terceros para poder salir de su casa.
Una prisión en vida que afecta al estado de ánimo. Son las consecuencias de la falta de autonomía. La accesibilidad en las viviendas continúa siendo la asignatura pendiente, un trabajo sin hacer que provoca que 100.000 personas no puedan salir nunca de sus casas .