Un segundo testigo intentó ir tras el policía jubilado, aunque le perdió en la calle Colón. Luego volvió a verle en Gran Vía San Marcos. Siempre hablaba por teléfono. Uno de los policías nacionales que detuvieron a Montserrat junto a los Sindicatos también le vio. Lo recuerda tras volver a oír la llamada al 112. Este policía asegura que Montserrat y Triana estaban tranquilas. La hija dijo que venía de una confitería que, sin embargo, ese día estaba cerrada. En la cafetería de al lado tampoco la habían visto.
Volviendo a la escena del crimen, los testigos corroboraron los disparos que parecían petardos y la imagen de una mujer muy tapada huyendo. Los agentes de policía que hoy han testificado también confirmaron el procedimiento tras el aviso al 112, la escena del crimen y la detención de Montserrat y Triana, así como las horas de cada uno.