La lista de buenos propósitos es un clásico del inicio de año. Pero por el camino, según pasan las semanas, muchos se quedan en meras intenciones. Los objetivos para mejorar la salud o nuestra situación laboral se repiten cada mes de enero.

Las llamadas para pedir cita se suceden una tras otra estos días en las consultas de nutrición y dietética. Noelia Lázaro, directora del centro Nutrelia en Valladolid, explica que para que el propósito no se quede en mera intención hace falta motivación, tiempo y la ayuda profesional, entender el cómo y por qué de nuestro objetivo: "Jugar con esa educación alimentaria, con esa psiconutrición, apoyándonos en otros profesionales como entrenadores, psicólogos. Es lo que hace que el cambio y la mentalidad se mantenga a largo plazo", señala la dietista y nutricionista.

Hacer ejercicio es otro de los objetivos que más cuesta cumplir todo el año. Daniel de la Fuente, fisioterapeuta y entrenador en el centro Nutrelia, insiste en la importancia de tener un profesional al lado, que guíe y oriente en la progresión. Elegir un deporte o ejercicio que nos guste y aumentar poco a poco el tiempo y la intensidad son factores claves para ver resultados.

Aprender o mejorar un idioma también ocupa los primeros puestos de la lista de propósitos. En la Academia Soyuz Valladolid, donde imparten inglés, ruso y japonés, su directora, Yulia Remizova, insiste en tres pilares fundamentales para que los alumnos no tiren la toalla. Estos son motivación, profesores preparados y que se adapten a los diferentes alumnos y clases con grupos homogéneos.

Su compañero, Gonzalo Lagunar, director de español para extranjeros en la Academia 'Valladolid in Spanish', añade que dedicar 30 minutos cada día a la materia vista, permite avanzar y aplicar en nuestro día para los resultados. 

La constancia y el propósito tienen que ir de la mano.

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