La prueba del ébola practicada a la otra enfermera ingresada en el Hospital Universitario La Paz-Carlos III y que estuvo en el equipo que atendió a Manuel García Viejo ha dado negativo.
La enfermera no estaba considerada un caso sospechoso sino de estudio. El motivo se debe a que no presentaba fiebre pero sí diarreas y su ingreso de debió a que formaba parte del equipo que atendió a este paciente al que había atendido con el traje protector.
En este caso, no estuvo en contacto directo con la auxiliar de la enfermería contagiada pero sí con compañeros suyos. Dicha enfermera es una de las cuatro personas ingresadas en el Carlos III en régimen de aislamiento.
Las mismas fuentes indican que no se le va a hacer ninguna otra prueba a la paciente y se descarta como posible caso de ébola. Por otro lado, indican que aún no se le ha dado el alta pero presumiblemente se proceda a ello cuando lo determine el equipo médico.
Además el marido de la enfermera contagiada por el ébola ha sido trasladado del hospital de Alcorcón al Carlos III de Madrid, donde se encuentra aislado y asistido a la espera de que los test practicados determinen si padece o no la misma enfermedad.
Desde que se conoció el primer caso de contagio en Europa, el marido de la auxiliar está siendo sometido a vigilancia epidemiológica por parte de las autoridades sanitarias, al igual que los miembros del equipo del SUMMA que han tratado a la paciente antes de ingresar primeramente en el Hospital de Alcorcón, antes de ser trasladada al Carlos III.
Alemany explicó que esta vigilancia también se realizará con quien haya podido mantener un contacto "estrecho" con la paciente, pero, no obstante, aún están buscando los contactos que haya podido mantener -- la mujer se cogió las vacaciones al día siguiente de que falleciera por este virus el misionero Manuel García Viejo--.
El director general de Atención Primaria explicó que no se está sometiendo a nadie más que a la paciente a las pruebas en sí del ébola. En cuanto a los profesionales sanitarios que estuvieron con ella y que también atendieron al misionero, que fueron unos 30, se continúa con el protocolo (medición de temperatura dos veces al día durante 21 días).