CIENCIA

Un estudio del CIC de Salamanca muestra que el microbioma intestinal protege frente a la predisposición genética a la leucemia

El hallazgo podría contribuir al desarrollo de nuevas herramientas que permitan prevenir la enfermedad en niños con susceptibilidad genética a padecerla

ICAL

Un estudio del Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca, liderado por el investigador Isidro Sánchez García, muestra que el microbioma intestinal, compuesto por el conjunto de genes que forman parte de las bacterias intestinales desde el nacimiento, protege frente a la predisposición genética a desarrollar leucemia.

El hallazgo, realizado en un estudio con ratones y publicado en la revista científica 'Blood', podría contribuir al desarrollo de nuevas herramientas que permitan prevenir la enfermedad en los niños con susceptibilidad genética a padecerla, tal y como dio a conocer este lunes, 14 de septiembre, el CIC de Salamanca.

La comprensión del microbioma constituye un campo de investigación en crecimiento. Numerosos estudios sugieren que la relación entre los microorganismos y el material genético juega un papel relevante en el origen de enfermedades neurológicas o inmunitarias como la leucemia infantil.

El tipo más frecuente de leucemia infantil es la leucemia linfoblástica aguda de células B precursoras, causada por una combinación de la susceptibilidad genética del niño al nacer junto a la exposición a ciertas infecciones tras el parto. Las predisposiciones genéticas son frecuentes en los niños y se consideran condición necesaria para el desarrollo de la enfermedad, si bien menos del 1 por ciento de estos casos desarrollarán a lo largo de su vida leucemia linfoblástica aguda de células B precursoras.

Con su estudio, los investigadores del CIC de Salamanca averiguaron que, cuando los ratones con predisposición genética son tratados con antibióticos en edades tempranas, se altera su microbioma y este cambio es suficiente para inducir la leucemia, incluso en ausencia de estímulos infecciosos. Así, los resultados parecen indicar que el desarrollo de leucemia linfoblástica aguda en ratones con predisposición genética está más relacionado con una falta de 'microbiota comensal', la que normalmente contiene el intestino, que con la presencia de bacterias específicas.

Para continuar avanzando en esta línea, los investigadores requieren estudios a gran escala dirigidos a determinar si una modificación del microbioma en los niños con predisposición genética a la leucemia linfoblástica aguda de células B puede convertirse en una estrategia exitosa.