La periodista Ángeles Villacastin nos habla de la vida de María del Carmen García Galiste, conocida como Carmen Sevilla, en honor a la ciudad que la vio nacer. Testigo de su arte y su hermosura, el hogar del Guadalquivir será para siempre parte de su alma.

De jóven, Carmen no tenía el apoyo familiar para ser bailarina, cantante, actriz o presentadora, pero fue imposible frenarla. Ella era inocente y soñadora, todos la querían en sus películas. Y así empezaron los amores. Su primer novio fue un torero, Carlos Arruza, pero la oposicón paterna evitó que su relación prosperase. No fue el único que le pidió matrimonio, Mario Moreno, Cantinflas, también le regaló un brillante y, a punto de caer en la picardía, Lola Flores le aconsejó que devolviera la sortija.

Fueron muchos los que intentaron tener algo con el rostro más bonito del cine, pero se mantuvo firme hasta que para su desgracia se casó con Augusto Algueró, un hombre que no le iba a corresponder, al menos en la fidelidad. Años después la pareja se separó y Carmen conoció a su gran amor, Vicente Patuel.