Se trata de una presa pequeña a ubicar en un pequeño valle, que ya cuenta con todos los predicamentos favorables y sólo está pendiente de la partida presupuestaria de unos seis millones de euros para su construcción. La paciencia se ha agotado tras quince años de tramitación.
El tránsito de cisternas con agua es constante para llegar a las explotaciones ganaderas, algunas de las cuales se plantean abandonar la comarca por eso se anuncian reuniones con los alcaldes de la zona para intentar hacer presión al respecto.
La idea es presionar para que el Senado pueda incluir una enmienda y habilitar una partida que garantice al menos el comienzo de las obras.