Gracias a Grupo Stop Desahucios y la presión vecinal

Evitan un desalojo en una vivienda del barrio vallisoletano de Pajarillos

  • La plataforma reclama que los servicios sociales den una solución a la situación de una mujer con dos bebés de 4 y 18 meses.

rtvcyl.es

El Grupo Stop Desahucios de Valladolid y la presión de un grupo de vecinos evitaron este jueves el desalojo de una mujer desempleada de 26 años y sus dos hijos, de 4 y 18 meses, de una vivienda del barrio de Pajarillos, piso que ocupó el pasado verano y que se encontraba en proceso de desahucio después de que los propietarios dejaran de abonar las cuotas.

La mujer reconoció que ante la imposibilidad de alquilar una vivienda, “ya que todos los caseros me pedían un contrato de trabajo, decidí ocupar esta vivienda para evitar que mis hijos no tuvieran que vivir en la calle. Gracias a la ayuda de los vecinos y de la familia pude acondicionar un poco este piso y aquí me instalé antes de dar a luz a mi segundo hijo”.

Además de miembros de Stop Desahucios, desde las 9 horas se concentraron en la calle Papagayo decenas de vecinos para intentar impedir que se ejecutara el desahucio y que el secretario judicial y el representante judicial del banco pudieran acceder a la vivienda. Aunque hasta las proximidades de la vivienda llegó una unidad de la Policía Nacional, no hubo incidentes y finalmente, pasadas las 13 horas, desde el juzgado se comunicó que el desahucio se paralizaba.

La propia afectada aseguró que ahora, con la colaboración de Stop Desahucios, intentará volver a negociar con el banco un alquiler social y volverá a trasladar su caso a los servicios sociales del Ayuntamiento. “Estamos ante una cuestión de humanidad”, aseguró un portavoz de Stop Desahucios, que confía en que tanto el banco como el propio Ayuntamiento sean sensibles a este problema.

Entre las personas que  se concentraron en la calle Papagayo en solidaridad con Vanesa, también se encontraba Nuria, otra mujer desempleada y también madre de dos hijos, que ayer vio como el juzgado ponía en marcha la ejecución hipotecaria contra su vivienda. “Después de que mi marido y yo nos quedáramos en paro nos vimos obligados a dejar de pagas las cuotas de la hipoteca. Ahora, cuando nos dicen que la deuda pendiente es de 12.000 euros y después de pagar 3.000, cantidad que desde el banco nos dijeron que era suficiente para poder aplazar la ejecución, nos enteramos de que el proceso de desahucio está en marcha”.

Además, tanto Nuria como la propia Vanesa coincidían en señalar que todo este calvario la única ayuda que están recibiendo es la del Stop Desahucios. “Aunque algunos nos vean como delincuentes, lo único que pedimos es justicia”, afirmó Nuria.

La concentración acabó en la calle Cigüeña, a las puertas de la entidad bancaria que inició el desahucio, y que recibió una lluvia de huevos por parte de los manifestantes.