Se han convertido en las estrellas de su zona. Pero además de una atracción más del pueblo, estas alpacas han sido la apuesta de dos emprendedores que han visto en su lana una oportunidad.
Fáciles de cuidar y muy adaptadas a su nuevo hábitat, sus propietarios buscan ahora una salida a su lana.
Es el único criadero de alpacas de Castilla y León y de las contados que hay en la zona norte del país, pero quién sabe si en unos años sea más fácil encontrar una granja así.