Contiene proteínas, hidratos de carbono, grasa, vitaminas, minerales, oligoelementos y micronutrientes como el calcio. La leche es uno de los alimentos más completos que forman parte de nuestra dieta, de la mediterránea, porque en otros países, sobre todo en el continente asiático, la leche y sus derivados brillan por su ausencia.

En China no se bebe leche de vaca y no por eso sus habitantes no tienen más problemas de salud por deficiencia de calcio o proteínas. Este es uno de los argumentos que utilizan los detractores de la leche que piensan, además, que es un alimento que produce muchas alergias.

Pero existe otra teoría. Que es la que defiende que debemos comer lo que genera la tierra en la que vivimos. Es decir, bebemos leche porque tenemos vacas. Si tuviésemos camellos también beberíamos su leche. Los chinos no consumen leche, pero obtienen proteínas y grasas de otros alimentos que nosotros no tenemos en nuestra dieta.

Lo que sí es cierto es que parece que ahora haya más intolerancia a la lactosa. Para el jefe de endocrinología y nutrición del Hospital Río Hortega de Valladolid, Luis Ángel Cuéllar, esto tiene una explicación. "A veces restringiendo la lactosa en determinados problemas funcionales mejoran los síntomas. El paciente asume que quitando la leche se encuentra mejor y deduce que es intolerante a la lactosa". Pero eso siempre debe ser valorado por un médico.

Genéticamente, en países como España, la lactosa forma parte de nuestro organismo. Es una herencia de nuestros antepasados, consumidores de leche. Esta enzima puede desaparecer si abandonamos la ingesta de leche. Pero hay personas que no la tienen, de ahí su intolerancia.

A edades muy tempranas se puede manifestar una alergia a la proteína de la leche, la caseína. Los niños con esta patología pueden consumir un tipo de leche con la proteína ya digerida.

Según el doctor Cuéllar, dependiendo de nuestra edad (infancia, fase post-puberal y menopausia) necesitamos una cantidad de calcio en nuestro organismo. Lo ideal es ingerir un gramo de calcio al día. Eso equivale a un litro de leche.

En el mercado existen en la actualidad multitud de productos derivados de la leche, que puede consumir un intolerante a la lactosa porque aquí la leche está fermentada, y leches de otro tipo, como la de soja, cada vez con más adeptos.