Es el momento del año en el que las marcas concentran sus esfuerzos para captar clientes, especialmente en el canal online. Este formato "permite adaptarse mejor al segmento al que te vas a dirigir a través de las redes sociales", explica Carmen Camarero, catedrática de Marketing de la Universidad de Valladolid (UVA). El algoritmo adapta los productos o las ofertas al tipo de cliente e intenta incentivar la compra inmediata.
Esos números en rojo de -40% o -50% "de alguna manera atraen al consumidor", indica Camarero. Es el llamado FOMO (del inglés "fear of missing out", miedo a perderse algo): el "no quiero perdérmelo", el "yo quiero quedarme con ese producto". También se utiliza mucho la estrategia de "quedan pocas unidades" o "faltan pocos días".
Pero no solo se vende la oferta del momento. "Si compras en este periodo, a lo mejor luego tienes otro descuento acumulado para otro periodo del año o regalos", apunta la experta.
En tienda física, la estrategia es similar a la tradicional del periodo de rebajas: grandes carteles y, como pasa en el comercio online, con antelación. "En algunos sitios ya se van poniendo carteles anunciando qué día o qué días va a haber rebajas de Black Friday", explica.
El auge de esta campaña ha hecho que las empresas también se lancen a ofertar servicios como los turísticos o de telefonía.