Imagínense una vivienda en la que por sólo 50 euros al mes cubrieran todos sus gastos de calefacción, agua y luz. Esas casas existen: son las llamadas Passivhaus, un modelo de construcción que reduce al mínimo el consumo de energía.  

Su coste es algo superior a la media, en torno al 7%, pero la inversión se amortiza en poco tiempo. Son viviendas que buscan el máximo confort con el menor sobrecoste posible. 

Se basan en un aislamiento total y un circuito de ventilación propio: no hace falta abrir las ventanas. Este sistema de aire proporciona la temperatura óptima con un coste mínimo.