Castilla y León Televisión
Julito tiene claras las virtudes de un buen vendedor de la ONCE: "Ser agradable y hacer reír a la gente". Pero también sabe que no es una tarea fácil. Calor en verano, frío en invierno, y además, ahora una pandemia que ha cambiado la rutina de estos profesionales. Tuvo que hacer mucho esfuerzo para poder escuchar a los clientes con mascarilla.
La vida de Julito es una historia de superación. Nunca tuvo audición y a los 18 años empezó una ardua tarea junto a la que ahora es su mujer, Tere. Ella le enseñó a leer a través de libros infantiles y está orgullosa de él, "es una persona muy inteligente". Para su familia y sus amigos, ya era el mejor vendedor de la ONCE, mucho antes de que la organización le dieran el premio después de 33 años de trabajo.