Los comercios han pasado un año muy duro y, poco a poco, comienzan a ver la luz, aunque aún no brilla como antes de que el coronavirus apareciera. Tras el miedo inicial, parece que los ciudadanos se van animando a entrar, mirar y comprar. Había ganas de gastar el dinero aunque algunos solo salen para adquirir lo imprescindible.

Internet se ha hecho un poco más gigante en estos meses y desde el comercio se pide  que se apueste por las tiendas físicas. El miércoles se cumplirá un mes desde que terminó el estado de alarma y la normalidad aún es lejana para estas tiendas de toda la vida.