Lucía Rodil / rtvcyl
En cualquier empresa a la que vamos, pedimos un dato de producción: -"Más o menos, para hacernos una idea, ¿cuántos 'loquesea' al año?" Y no paramos hasta que lo conseguimos.
Lo que pasa es que nunca vamos a empresas que fabrican aviones. Era nuestra primera vez en Aciturri, donde las cosas no se miden por número de piezas vendidas, ni siquiera para nosotros, tan aficionados a cuantificar.
Aciturri pone granitos de arena (fibra de carbono, titanio, aluminio, bronce...) en más de una docena de modelos de aviones y es proveedor de primer nivel (Tier 1) de los constructores, es decir, les sirve directamente. Sólo dos empresas más han conseguido esto en España.
Aciturri tiene mil empleados, tecnologías inexplicables, la paciencia propia de una compañía que todo lo trabaja a plazos de décadas... y algo más: un origen (esto no es nuevo para nuestros espectadores) humilde.
Hoy, muchos aviones, en los que todos podemos viajar por todo el mundo, vuelan gracias a lo que un día sucedió en un local de 40 m2 de Miranda de Ebro, Burgos.