Hace casi cuatro meses, un extraño navío de aspecto futurista atravesó la Península, haciendo desde el litoral barcelonés una particular travesía terrestre de una semana de duración para llegar hasta el Lago de Sanabria (Zamora) donde suscitó todo tipo de dudas y comentarios.
Se trataba del Helios Cousteau, revelador nombre para el primer catamarán del mundo propulsado por energía eólica y solar, llamado a convertirse en uno de los principales reclamos turísticos de la comarca.
La embarcación, de 19 metros de eslora y ocho de manga, puede llevar a un centenar de pasajeros a una velocidad de cinco nudos y sus diseñadores y constructores presumen de no generar "ningún tipo de residuo y, ni siquiera, impacto acústico y hasta se ha desarrollado un sistema de lubricación por medio agua en vez de utilizar grasas", según indica David Salvador, zamorano de 47 años, coordinador del área ambiental de la Estación Biológica Internacional, que es la encargada de desarrollar el proyecto.
Hace escasos días, el Helios Cousteau hizo su primer viaje oficial, distinguiéndose de la idea de 'inauguración', vetada en época preelectoral. En ese recorrido por el Lago de Sanabria estuvieron presentes habitantes de la localidad de Ribadelago, a modo de recuerdo a las 144 víctimas de la catástrofe ocurrida hace más de medio siglo en la presa de Vega de Tera, que se vino abajo por una mezcla de despropósitos.
"Dentro de lo que es una cáscara de nuez en el agua, hemos puesto todo el interés posible para que esto dé un resultado positivo en el avance turístico y en el desarrollo de la zona", afirma poéticamente el alcalde de Galende y promotor de la idea, Jesús Villasante. "La inversión ronda el millón de euros hasta la fecha pero va a pasar porque hay que hacer una línea enterrada para la conexión eléctrica cuando no se pueda hacer la carga solar y eólica", reconoció, en referencia a la carga de las baterías en determinadas condiciones meteorológicas.
Precisamente, éste es uno de los apartados en los que los detractores del proyecto han vertido críticas, exponiendo sus dudas sobre la posibilidad de que la nave sea autónoma durante las 25 horas previstas y se mueva únicamente con lo que sean capaces de aportar el viento y el sol. "Llevamos acumuladores porque, si no, en un día nublado no podríamos navegar", indica David Salvador. "Es el primer catamarán eólico-solar del mundo y una de las embarcaciones más avanzadas con una propulsión de estas características".
Los pasajeros pueden escuchar mientras surcan el lago información detallada sobre el funcionamiento del barco al tiempo que ven en una pantalla el consumo desglosado de los motores de babor y estribor y la denominada función del 'botón verde' o, lo que es lo mismo, navegar con la energía pura del sol. "Si está soleado, navegamos a dos nudos y, si una nube cubre el sol, bajamos a un nudo y medio, por ejemplo", comenta. "Ahora estamos aplicando aquí tres amperios y allí cinco. Ahí atrás se puede ver cómo se mueven las hélices", añade.
Pruebas de mar
La seguridad de la embarcación viene refrendada por la matrícula de la Marina Mercante, que sometió a la nave a lo que los técnicos denominan 'pruebas de mar'. "Navegó en el mar con olas de metro y medio en la costa catalana. La Marina Mercante, al ser un prototipo sometió a unas pruebas muy duras el barco, cargándolo con 24 bidones de 250 litros cada uno y tuvimos que salir al mar con un solo motor en esas condiciones e hizo todas las maniobras sin problemas", asegura Salvador. "El barco navega a una media de cinco nudos. No hace falta más.
En la embarcación de los Arribes del Duero, con dos motores de 300 caballos, es a la velocidad que vamos", dice, en alusión al conocido barco que surca el río Duero donde separa Portugal de la comarca zamorana de Sayago. "Éste es un proyecto de carácter hispano-luso. Pusimos en marcha el centro de Miranda do Douro, que también es binacional. Tenemos muy buenas relaciones con Portugal pero, aunque parezca una inmodestia, nos lo hemos ganado a pulso", apunta, en referencia al Primer Premio Nacional de Turismo obtenido en 2008 y a la Medalla al Mérito, en 2009. "La verdad es que han sabido apreciar este proyecto mucho antes que en España", apostilla.
El coordinador de la Estación Biológica Internacional habla con soltura el funcionamiento del catamarán y recuerda con frecuencia que se trata de un proyecto de investigación, por lo que tienen respuestas "clasificadas" buena parte de las preguntas. "La mayoría de los datos que preguntas están protegidos porque es un proyecto I+D y, además, nos recomiendan desde el departamento de marketing que los detalles novedosos se comenten de una forma dosificada", señala, con buen humor.
El hecho de restringir la información en determinados temas como pormenores sobre la cámara subacuática, los acumuladores o el sistema de lubricación por agua no significa que no pueda observarse. Salvador muestra con orgullo los detalles que hacen más exclusiva la embarcación mientras, precisamente, la cámara ofrece una imagen en la pantalla del agua bajo la quilla. "Todo lo que pasa en la embarcación lo tenemos controlado en los monitores.
Esa alarma que suena indica que está abierto uno de los mamparos, que deben ir cerrados durante la navegación", explica. "Alarma. Puerta abierta. Mamparo batería estribor. El patrón tiene en pantalla cualquier dato que necesite y cualquier incidencia", apunta.
'Smart phone'
Las nuevas tecnologías ofrecen llamativas posibilidades como la navegación remota del catamarán, aunque puede que para los más profanos no quede muy clara la utilidad real de tal aplicación. En cualquier caso, poder dirigir la embarcación mediante un ordenador portátil o, incluso, un 'smart phone', parece el sueño hecho realidad de cualquier niño con un barquito teledirigido. "Se puede manejar desde un iPad o un iPhone.
Desde la central de la Estación Biológica, que está en Portugal, manejamos el barco, sistemas, pasarelas, cámaras… Todo", indica el coordinador, mostrando su iPhone, en cuya pantalla se ve la misma imagen que en el gran monitor del barco. "Acabamos de encender desde el móvil las luces de cabina y ahí ponemos en marcha la cámara subacuática y encendemos un foco", mostró. "Se trata también de generar un efecto didáctico con el público, que puede comprobar in situ cómo funciona el barco, viendo la potencia que generan en cada momento las placas fotovoltaicas y los aerogeneradores", añade.
En principio, el material escrito que se proporcionará al pasaje está escrito en español y en portugués, si bien se harán ediciones en inglés, francés y alemán.
Por lo que se refiere a la accesibilidad, el Helios Cousteau dispone de una plataforma que permitirá el acceso de personas con movilidad reducida desde las propias canoas y de un malecón escamoteable de cinco metros para dar paso a los pasajeros. "Dado que íbamos a trabajar en un parque natural, no requerimos infraestructuras flotantes. En zonas sensibles, es un sistema que nos permite eliminar infraestructuras", anota David Salvador.
En los primeros meses, el catamarán ha permanecido anclado a unos 50 metros de la playa de la Viquiella, donde se celebra la Regata Internacional. "Aquí atracará en otoño, invierno y primavera, mientras que los meses de verano, en los que se espera una mayor afluencia de público, atracará en la playa de Custa Llago", puntualiza el alcalde de Galende. "Lo importante es la rentabilidad de este tipo de proyectos. En los Arribes del Duero se ha conseguido a partir de un producto de naturaleza una alta rentabilidad que la Estación Biológica reinvierte en su totalidad por estatutos en proyectos en el entorno de implantación", asegura David Salvador.
Críticas
El proyecto comienza a funcionar en estas fechas hasta alcanzar durante el verano su máximo número de viajes ha suscitado también numerosas críticas por parte de expertos en biología que afirman que el Lago de Sanabria "ya tiene una suficiente carga turística", según considera Javier Morales, biólogo integrante de la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM).
"Se producirá una remoción de los fondos y eso perjudicará a todos los hábitats protegidos, que es por lo que el Lago de Sanabria tiene la calificación ambiental que tiene", denuncia. "Ya hay una carga suficiente con las pedaletas, las piraguas y los bañistas. Hay que evaluar la carga turística, algo que nunca se ha hecho y creo que no hay ningún pensamiento de hacerlo".
Además, Morales se refiere al impacto asociado al bosque ribereño y a la avifauna, así como a la vegetación de los fondos dentro de un ecosistema protegido perteneciente a la Red Natura 2000, sin contar con las nutrias que viven en el Lago de Sanabria. "Las embarcaciones que remueven tanto el agua pueden arrancar los limos finísimos no estabilizados, que están posados sobre el fondo y sobre los que se desarrolla esa vegetación.
También se verían afectadas esas zonas someras con arenas limpias son zona de freza para muchos pececillos e invertebrados que forman parte de la cadena trófica de la que se acaban alimentando las truchas", explica. "El Lago de Sanabria tiene residente una población de nutrias, algo que no ocurre en ningún otro humedal de Castilla y León porque es el único tan grande con una lámina de agua tan constante. Todos queremos disfrutar del lago pero se debe compatibilizar para no sobrecargar la parte más débil, que es la medioambiental".
En este sentido, Jesús Villasante asegura que hicieron "varios estudios" y que "hubo más expertos favorables que desfavorables al proyecto", y "más opiniones de expertos a favor que en contra".