Numerosos vecinos de Palencia se congregaron este domingo a los pies del Cristo del Otero para participar en la tradicional pedrea del pan y el quesillo, una costumbre muy arraigada en la ciudad con motivo de las fiestas de Santo Toribio, patrón de este barrio palentino. La cita arranca a primera hora de la mañana con la recepción de autoridades y la procesión, que llega hasta la ermita donde se oficia una Eucaristía que da paso a la popular ‘pedrea’.
El alcalde de la capital, Alfonso Polanco, subió a la ermita vistiendo la camiseta amarilla que simboliza la lucha de los trabajadores de la fábrica de Nutrexpa contra el cierre de la planta de la ciuda. Polanco, junto a otros miembros de la Corporación local y de la Asociación de Vecinos del barrio, fueron los encargados un año más de repartir las viandas en el acto central de una festividad que cuenta con la declaración de Interés Turístico Regional y que recoge una tradición que se remonta al siglo VI.
La fiesta rememora cada año la lapidación que sufrió en el año 530 el Santo Toribio por predicar contra los priscilianistas y ser considerado un hereje. Después, el clero y los palentinos se arrepintieron al desbordarse el río Carrión y considerar que la catástrofe fue un castigo por lapidar al anacoreta. De ahí que cada año se lancen bolsas de pan y queso con una imagen y la leyenda de Santo Toribio.