Fernando Pinedo / rtvcyl.es
Dicen que los buenos jugadores son los que aparecen en las grandes citas. Ayer en el Pizjuán hubo un francés que brilló por encima del resto, quizás más de lo que nadie había imaginado. Y es que el encuentro de Karim Benzema fue sencillamente magnífico. El criticado '9' madridista dejó sentados a dos defensas para marcar el único gol del partido y se mostró mucho más participativo de lo normal.
Fue la aparición estelar del francés la que ensombreció el ambiente de presión que todo el sevillismo había creado en torno a este partido. El 'spot' publicitario (que se emitió instantes previos al encuentro en el vídeomarcador), las declaraciones de Del Nido y una grada casi llena con miles de gargantas más sevillistas que nunca, quedaron en un segundo plano con el partidazo de Benzema.
En el plano táctico, el triunfador de la noche fue José Mourinho. La propuesta de sacar un trivote en el centro del campo compuesto por Lass Diarra, Xabi Alonso y Khedira fue un acierto. El trío madridista se 'comió' a Zokora y a Romaric, por más que Manzano quisiese que Kanouté bajase a ayudar y a recibir balones.
Con un Real Madrid que le cedió la pelota al conjunto de Nervión, los sevillistas no supieron qué hacer con la pelota. Los blancos, por contra, crearon mucho peligro al contragolpe.
La polémica llegó en el minuto 45 con el 'gol fantasma' de Luis Fabiano que salvó Raúl Albiol en la línea de gol. Lo cierto es que ni con 5 repeticiones distintas se consigue adivinar si la pelota entra o no en la meta madridista. Evidentemente, los sevillistas critican la actitud del linier al no conceder el gol.
Al final, el Madrid consiguió una victoria que le acerca a la final, aunque el Sevilla promete revancha en el Santiago Bernabéu.