El procurador de Ciudadanos Francisco Igea ha registrado este lunes un escrito ante la Mesa de las Cortes de Castilla y León en el que reclama que se aplique el reglamento de la Cámara autonómica y que sea la propia Mesa la que sancione al vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, por los insultos vertidos contra él en el pleno de la pasada semana.
Igea recalcó que es el momento de quitarse "la máscara" y de que Fernández Mañueco demuestre si su partido es moderado y respetuoso con las instituciones o cómplice de la actitud de Vox. "No se puede aplaudir ni sonreír cuando el vicepresidente insulta y luego ir presumiendo de moderado. No son diferentes quienes lo hace que quienes lo toleran", sentenció.
En este sentido, también lamentó la "inadmisible actitud" del presidente de la Cortes, Carlos Pollán al dejarle sin amparo ante los insultos y la difamación del vicepresidente de la Junta y líder de su partido, pero resaltó que la actitud de Pollán está siendo hasta el momento "respaldada firmemente" por el presidente de la Junta.
Igea también se dirigió hoy al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, al que pidió tomar una decisión para que Vox deje de campar a sus anchas: "debe decidir entre Merkel o Berlusconi". En esta línea destacó que la política no puede funcionar "a base de la provocación, la polarización, el enfrentamiento y la ocurrencia", algo que calificó de "muy peligroso".
El procurador de Cs también confirmó que esta mañana ha presentado en el juzgado la celebración de un acto de conciliación para que tanto Carlos Pollán, como el portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Vox, David Hierro, rectifiquen las acusaciones que vertieron contra a través de Twitter. Cabe recordar que Pollán retuiteó una foto -publicada por el secretario general y portavoz del Vox en el Parlamento, David Hierro- donde aparece Igea durante el juicio por las supuestas amenazas a uno de sus militantes, de las que salió absuelto. En el tweet Hierro escribió: "No estaba esperando que le sacaran a bailar, estaba en el banquillo de los acusados por una denuncia de amenazas a uno de sus militantes. Ex vicepresidente macarra".
Igea estuvo acompañado en su comparecencia de prensa por el portavoz nacional de la formación naranja, Edmundo Bal, quien acusó a García-Gallardo de utilizar el "puesto vacío" de competencias que tiene en la Junta para hacer el "gamberro" y cobrar un abultado salario a costa de los impuestos de los castellanos y leoneses.
Igea recalcó que la Mesa de las Cortes, en la que tienen mayoría PP y PSOE, deberá decidir si es merecedor de una sanción un vicepresidente que insulta reiteradamente a un procurador. Así, indicó a Mañueco y Tudanca que ahora no es el momento de "escandalizarse, solo hay que ir a la Mesa de las Cortes y sancionar a un procurador que a la vista de toda España incumplió el reglamento de forma reiterada".
El procurador de Ciudadanos también recalcó que si Pollán y Hierro acuden al acto de conciliación y reconocen que se han equivocado, el asunto habrá finalizado, pero advirtió que en caso contrario la denuncia, vía civil o vía penal, seguirá su cauce. Además, también confirmó que desde los insultos en la sesión del pleno del pasado martes no ha conversado con ningún representante de Vox.
Además, Igea recordó que son dos las sentencias absolutorias a su favor en el caso de las amenazas a afiliados de Ciudadanos y en las que se aclara que detrás de las denuncias solo hubo intereses "espurios", a la vez que aseguró que él permitió la entrada de medios de comunicación en la sala cuando presto declaración por "convicción" y por un ejercicio de transparencia. "Igual que entonces llegué hasta el final, ahora también lo haré", afirmó.
Derecho al chiringuito
Por su parte, Edmundo Bal argumentó que lo mínimo que se le puede pedir a un representante del pueblo es decoro, respeto y educación y afirmó que bajo ningún concepto se puede convertir al adversario político en un enemigo. Además, también denunció que García-Gallardo se crea con derecho para insultar a quienes le piden cuentas sobre su gestión, y aseguró que los únicos derechos que invoca Vox en Castilla y León son: "el derecho a no trabajar, el derecho al chiringuito y a poder meter a tus familiares y amigos para que vivan de los impuestos que pagan los castellanos y leoneses y el derecho al insulto", afirmó.
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