El diagnóstico les sacudió: el bebé que esperaban sufría una cardiopatía que obligó a un trasplante de corazón a los 15 días de nacer. De eso han pasado ya 11 años. Jorge lleva una vida normal y acaba de volver al cole después de la pandemia. Como él, doce niños fueron sometidos el año pasado a un trasplante. 

"Fue muy duro, tú vas a la revisión con normalidad pensando que todo va a ir bien y de repente te encuentras con esto", cuenta María Jesús, la madre de Jorge. Poco después del diagnóstico les derivaron al Gregorio Marañón, un hospital de Madrid especializado en trasplantes infantiles. A partir de ese momento, todo fueron cambios. 

"No tuvimos que ir a vivir a Madrid un mes antes del parto para estar disponibles y en cuanto diera a luz estar cerca del hospital, con las revisiones y demás", dice Maria Jesús. Su marido, Carlos, cuenta que asumes con normalidad todos los cambios porque lo importante es la seguridad del niño que va a nacer.

"Al poco de nacer Jorge, nos dijeron esto ya no tenía más solución, que tenía que ir directo al trasplante. Tuvimos mucha suerte porque a los 15 días tuvimos un corazón", cuentan. También agradecen el gesto de las familias que deciden donar el órgano de sus pequeños para dar una oportunidad a otro niño.

UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN

La infancia de Jorge ha sido un camino de lucha y aprendizaje, aunque la pandemia también ha hecho de las suyas en la trayectoria de esta familia. "Tuvimos que parar el contacto con otras personas", cuentan los padres. Si algo les ha enseñado la vida es a tener esperanza. Y esa esperanza es el aprendizaje que quieren compartir.