Ya no se cultivan como antes y ni siquiera se compran en la tienda más cercana. Ahora son de invernadero y llegan por toneladas a los supermercados. A pesar de que es algo que todos sabemos, seguimos lamentándonos cuando descubrimos que los tomates ya no saben a tomates. Aunque hay excepciones, como la del huerto de Eduardo Perote, que cultiva más de 700 variedades de tomates en Piñel de Abajo, Valladolid. Cuida el producto desde la semilla hasta la mesa, donde cada variedad tiene sus propiedades particulares y su destino perfecto.