Castilla y León produce más de 100 millones de kilos de queso cada año. Pero desde hace muy poco ya podemos ver en el mercado uno muy peculiar: el queso de rosca. 4 queserías de la Comunidad han conseguido que renazca para recuperar las tradiciones de los antiguos ganaderos. La Casona de los Pisones en Burgos, El Molinero en Espirdo (Segovia), La Quesería Artesana Laurus en Torres del Carrizal (Zamora) y La Quesera de Rueda (Valladolid).
Los quesos de rosca vuelven ahora a fabricarse con un orificio central, como antiguamente, con todo el sentido del mundo, "colgarlo a través de una vara como si fueran chorizos", nos explican, "para que los animales o los ratones no se metieran en el queso" nos cuenta Miguel Pérez de la Quesera de Rueda.
Los ingredientes son los mismos que los de antaño, leche cruda de oveja, cuajo natural de cordero lechal y sal. "Cuando este producto ha madurado con 3 ó 4 meses nos va a recordar a los quesos que comíamos cuando éramos niños" añora Óscar Gómezde la Quesería zamorana Laurus.
En Burgos aún los cuelgan como hace 100 años aunque esta vez en vertical. De momento todos están saliendo al mercado en formato pequeño, aproximadamente de medio kilo.