El móvil que está encima de la mesa, la mesa, el ratón, el teclado, la silla, la botella de agua, el boli... Es infinito lo que tenemos que agradecerle al plástico y sin embargo, ojalá todo esto fuera de cartón. Dicen en San Cayetano que su nuevo desarrollo de producto puede cambiar el mundo. Y seguro que puede... si el mercado le deja.

Su invento es un envase o, mejor dicho, un material para hacer envases y un modo de fabricarlos. A su favor tiene el precio, que no es mayor que el de sus rivales petrolíferos. Y como destino, un mundo, principalmente en las estanterías de los supermercados.

Nadie hasta ahora había conseguido hacer bandejas para productos que necesitan atmósferas modificadas (alimentos frescos o precocinados) que fuesen totalmente compostables. Igual que nadie hasta ahora había conseguido desarrollar un cartón con memoria elástica: piensen en una caja de un cd y en esa estrellita central que lo sujeta y que casi siempre acaba rota. Una pieza que se contrae y libera el disco cuando la apretamos y que, al soltarla, vuelve a su sitio. Pues eso que era impensable más allá de los polímeros, ya se puede hacer con cartón. Nos lo han enseñado en San Cayetano, la fábrica de Valladolid que vende cajas a 60 países del mundo. Les contamos por qué.