La Junta de Castilla y León contabilizó hasta 1.500 vertederos ilegales hace dos años, desde entonces se han sellado algunos y han surgido otros nuevos. Se calcula que hasta éstas escombreras descontroladas llega la mitad de los residuos de la construcción que se generan, el resto llegan a las plantas de tratamiento: "Unas 30.000 toneladas, como si se llenase el Estadio José Zorrilla de Valladolid", destaca Javier Llorente de la Asociación de Gestores de Residuos de Construcción. 

En estos centros se almacena, clasifica y finalmente, se trata para darles una segunda vida. El 40% de los materias tienen un segundo uso: base de una carretera, adoquinado o carriles bicis. No reciclar conlleva multas de entre 600 a 6.000 euros, pero en las pequeñas obras de los domicilios no se controla, "hay un vacio legal", indican desde la Asociación. Por lo que todos esos residuos llegan a los vertederos ilegales. Hace falta, dicen, más vigilancia y sobre todo, más concienciación.