Sinopsis

Esta nueva versión del cuento clásico "Caperucita Roja" nos relata las vivencias de los habitantes del pueblo de Daggerhorn que durante décadas mantuvieron un complicado pacto con el hombre lobo. Sacrifican a un animal una vez al mes para saciar el apetito de la bestia que les atemoriza cada luna llena. Pero bajo una luna de color rojo sangre, el lobo se lleva la vida de un ser humano, aumentando así el precio del pacto. La víctima es la hermana mayor de Valerie, una hermosa joven que acaba de descubrir que sus padres van a casarla con Henry, el heredero de la familia más rica del pueblo. Pero ella está enamorada de Peter, el humilde leñador al que ha amado toda su vida. Para evitar que los separen, la pareja decide fugarse, pero el lobo trastoca sus planes. Los vecinos del pueblo acuden al padre Solomon, un cazador de hombres lobo, para que termine con la bestia de una vez por todas. Pero la llegada de Solomon revoluciona aún más al pueblo cuando les advierte a todos que el lobo adquiere forma humana durante el día y que podría ser cualquiera de ellos. Convirtiéndose todos en sospechosos…

Crítica

"Cuando la estética se pone al servicio de una historia universal para grandes y chicos el resultado es incierto. Imágenes sublimadas y evocadoras, nieblas, nieves y frío frente al calor de la lumbre desorientan al espectador que esperaba trascendencia. No vi magia ni estremecimientos, sólo fotografía luchando sin que un libreto sólido la consolide."

Supongo que Charles Perrault sonríe con benevolencia desde su postrer refugio. Su trabajo original es una oda, una parábola, una fábula y un cuento. Son mis dos nietos ahora los que abren los ojos como platos cuando Caperucita cruza el bosque. Agarrados a su Ito (yo...) junto al que nada puede ocurrirles, tiemblan de miedo con sus primeras subidas de adrenalina. Sonrientes al fin, felices, cuando la Virtud gana el combate y el Mal en forma de lobo desaparece aullando entre los abedules.

Catherine Hardwicke lo intentó, convencida de la pertinencia de su apuesta. Si la fotografía es impecable, con algunas imágenes sobresalientes, la realización sin falla y la interpretación en general muy digna, la suma de talentos no alcanza. Al principio se necesita una historia, y la del cuento de Perrault es sublime, pero después hay que saber contarla. Os lo asegura un abuelo que tiene que cautivar a su auditorio infantil con sus pobres palabras, en competencia feroz con la tele y las consolas de juegos.

Mucho se ha criticado a Amanda Seyfried en su papel de Valerie/Caperucita, lo que me resulta exagerado. Su belleza nos turba así como su fragilidad, incluso cuando la mueve el deseo por el varón que la hará suya. No es culpa de la bella actriz si el libreto es frío, estereotipado, rebuscado y académico en exceso. El lobo feroz no da miedo, pobrecito mío. Dan ganas de tirarle una pelota para jugar en la nieve o de ponerle una escudilla de alubias.

¿Qué hace Gary Oldman perdido en su papel de religioso con aires de inquisidor de un fiordo? Desde su admirable Drácula nos acostumbró a un personaje con mayor trascendencia. Sedujo a Mina antes de morderla y de después chuparla (¿o fue al revés?) con un carisma inigualado. Aquí no nos convencen sus uñas de plata falsas, ni la crueldad de la que abusa y que nada justifica. Es un personaje estrafalario que desvaría al ritmo de un guión que se desenfoca.

Los dos galanes oponen estilos distintos. Shiloh Fernández (Peter), decidido, viril y valiente, está ajustado en su papel que interpreta con soltura, frente a la fragilidad y delicadeza de Max Irons (Henry), también exacto y atractivo. Cruel dilema para nuestra Caperucita entre dos pretendientes diferentes y complementarios. Puestos a innovar, el guión podría haber abordado esta faceta con un "ménage à trois" entre la bella y sus hombres, y con algo más de morbo si le añadimos la fiera…

Julie Christie resulta una "abuela" tan seductora o más que su propia nieta. Se comprende que se la coma el lobo. Además, es buena actriz y su interpretación fue impecable y llena de misterio. Fascinante actuación hasta que se la meriendan.

Conclusión: de 'Caperucita Roja (¿a quién tienes miedo?)' quedará el recuerdo de una foto en cartelera. Rizos rubios tentadores, ojos azules con miedo, sugestivas formas que la capa resalta entre pinos y veredas, huyendo/buscando al lobo feroz, primero un padre y luego un novio. No se sabe si, tras el conocido desenlace, quedó encantada o encantadísima cuando eligió vivir entre las garras de su predador hombre-lobo...