Nutri-score, en marcha en España, es un semáforo que aparece en los alimentos procesados y cuyo objetivo es mostrar si son más o menos saludables. Va desde la A, que es la mejor valoración, hasta la E, la peor. Considera favorables las proteínas, fibras, frutas, verduras, leguminosas y frutos secos. En cambio, penaliza las calorías, azúcares simples, ácidos grasos saturados y el sodio.

Sin embargo, tiene muchos detractores que critican que no está bien diseñado porque, por ejemplo, puntúa mejor a un refresco light que al jamón ibérico. Pone en la misma balanza a las grasas trans, muy perjudiciales y a las monoinsaturadas y poliinsaturadas, que se encuentran, por ejemplo, en el cerdo: "Son todas grasas de gran calidad y sin embargo, tienen proteínas de gran calidad, selenio, magnesio, hierro y vitamina E. Todo eso no se tiene en cuenta, solamente nos fijamos en la cantidad de sal y de grasa", indican desde la Asociación General de Empresarios de Soria. 

Mientras el Ministro de Consumo defiende que esta herramienta no entra a valorar si un producto es bueno o malo, pero según los expertos puede provocar que la gente elija productos que no son saludables como saludables. En medio de esta guerra nutricional lo mejor es saber leer etiquetas y conocer bien cada ingrediente.