En estos días veraniegos, las víboras tienen en jaque a muchos burgaleses. El parque de Fuentes Blancas, el pulmón verde de la ciudad, es un auténtico vergel para estos animales, y los vecinos tienen que compartir ese espacio. Por ahora, ya han mordido a tres personas.

Miguel Ángel Pinto, director del Aula de Medio Ambiente de Caja de Burgos, advierte de que "es muy fácil encontrarse con ellas y que no reaccionen, y si tú no vas mirando al suelo o te metes en un herbazal sin saber dónde pisas, puedes tener problemas".

Sin embargo, los datos no son alarmantes; todos los años por estas fechas hay un repunte el número de víboras. Los ejemplares que han protagonizado los últimos ataques son jóvenes de unos 20 centímetros y con un veneno escaso y poco tóxico que no plantea problemas a adultos sanos.

"Habitualmente son cuadro banales, no son cuadros graves", explica Francisco Callado, jefe de Urgencias del Complejo Asistencial de Burgos. Los síntomas suelen ser "inflamación de la zona de la mordedura, que suele ser muchas veces en la mano o en las piernas, y generalmente son síntomas locales. No suele haber un cuadro general importante".

En la provincia de Burgos hay tres variedades de víboras: áspid, seoane y hocicuda. Esta última es la más común, y la que ha llevado a cabo los tres ataques este año. En puntos de la Lora, incluso conviven las tres especies juntas.