CULTURA

El rastro de Leonardo Da Vinci en las catedrales de León y Burgos

  • El historiador leonés Jorge Martínez ha descubierto la relación de las dos seos con una idea del genio italiano.

Roberto Núñez / rtvcyl.es

No descubrimos nada si decimos que Leonardo Da Vinci ha sido uno de los grandes genios de la humanidad. Artista polifacético, su influencia en numerosos campos es incuestionable. Influencia que llegó de forma directa también a Castilla y León. Según un estudio de un historiador leonés, sus bocetos dejaron su impronta en dos joyas arquitectónicas: las catedrales de Burgos y León.

Diego de Siloe termina la escalera dorada de la Catedral de Burgos en 1523, el mismo año en el que comienza el diseño de la escalera capitular de la Pulchra Leonina, atribuida a Juan de Badajoz. Unos meses de separación y dos maestros cercanos, la relación parece clara.

Intercambios constantes entre los principales maestros

Este tipo de intercambios era muy habitual en el siglo XVI, lo llamativo de este caso es que el origen de los diseños es una idea de Leonardo Da Vinci, un boceto en el que Donato Bramante se inspira para la escalinata del cortile del Belvedere, en el Vaticano.

La relación la descubrió el historiador leonés Jorge Martínez, cuando estudiaba la escalera dorada burgalesa. Similitudes e influencias que también le llevaron a la escalera que comunica el claustro de la catedral de León con la sala capitular.

Da Vinci había diseñado la escalera para una ciudad ideal. En la seo leonesa se adapta a un espacio reducido, y recoge elementos arquitectónicos y ornamentales que refuerzan la relación. Hay muchos más ejemplos, incluso en La Habana, Los Ángeles o Estocolmo se encuentran diseños que recuerdan al genio renacentista.