Máximo Fernández llegó a Báscones de Zamandas hace 20 años. Hoy, no sabe hasta cuando podrá resistir en la villa ya que sus condiciones de habitabilidad son muy deficientes. Su pareja y su hija son sus dos únicas esperanzas para seguir adelante en este pueblo del norte de Burgos.
Báscones de Zamanzas es una pequeña localidad habitada por cuatro familias que viven como hace décadas. No tienen radio ni televisión, ni alumbrado público y tampoco hay transporte escolar.
Los arroyos y manantiales se secaron hace unos años por la construcción de una potabilizadora que, a día de hoy, no cumple su función. "Esto es la costra que hace al gotear el agua", señala Máximo. "Todo ésto son los sedimentos que va dejando este agua, por eso yo no me atrevo a beber por que viendo los sedimentos que quedan aquí, imagínate lo que te puede quedar en los riñones."
Sin calles asfaltadas y con una pista de tierra como principal acceso, la vida en Báscones de Zamanzas se hace cada día más complicada.