Más de 1.200 personas de nacionalidad noruega visitaron en los últimos años la localidad burgalesa de Covarrubias, lo que denota el creciente interés de esta población por la localidad en la que vivió y murió una de sus princesas más conocidas, Kristina de Noruega. Los vínculos entre la villa rachela y la patria de su célebre princesa medieval se unen año a año en un intento por fomentar el turismo internacional de una de las localidades más visitadas de Castilla y León.
Hoy, decenas de banderas del país escandinavo dieron la bienvenida a otros noruegos, a los afincados en Alfaz del Pi (Alicante), que se desplazaron a la provincia de Burgos con motivo del hermanamiento entre las dos localidades. Su unión no resulta casual, ya que la población alicantina es la segunda del mundo con mayor volumen de población noruega. "Buscamos que los vecinos de Alfaz del Pi puedan venir a conocer Covarrubias y sepan dónde vivió y murió la princesa Kristina además de que conozcan la ermita de San Olav", explicó el alcalde Covarrubias.
No resulta casual que en los últimos años Covarrubias haya pasado de registrar la visita de 40 noruegos a superar el millar. En este empeño han resultado "crucial" convenios con la embajada de Noruega en España que promocionan la villa rachela como "destino agradable" en ciudades como Oslo, y que invitan a la colonia noruega de Alfaz del Pi a realizar el peregrinaje de San Olav desde el templo que hay cerca de la localidad burgalesa.
En esta línea, el director general de Turismo de la Junta, Javier Ramírez, indicó que "la internacionalización turística es uno de los principales objetivos de la Junta" por lo que cree que la cultura noruega y la relación de la princesa Kristina puede reportar importantes beneficios al turismo regional. "Nos ayuda a favorecer nuestro desarrollo como turismo elegido en el exterior", precisó Ramírez, que recordó como uno de los objetivos del Gobierno regional se centra en la elaboración de un plan de internacionalización turística.
"Estamos convencidos que este hermanamiento va a contribuir de forma determinante a que siga habiendo un comportamiento positivo de nuestro turismo", aseveró el responsable de Turismo, que elogió que actos como el de hoy hagan posible que este año Castilla y León haya crecido un 5,1 por ciento en turistas internacionales y un 6,2 en las pernoctaciones que generan.
Así, el director de Turismo explicó "la importancia" que tiene para Castilla y León el mercado noruego que "turísticamente ha estado más ligado a la oferta de sol y playa" y que ahora demanda un turismo diferente con recursos naturales y patrimoniales, además de gastronómicos. "En eso somos fuertes y tenemos que aprovechar esa vinculación", aseveró.
Princesa Kristina
Gracias al hermanamiento de Alfaz del Pi y Covarrubias, serán muchos los noruegos asentados en España que decidan pasar sus vacaciones en un entorno "amigable". Así lo entienden los impulsores del proyecto, entre los que se encuentra el embajador del país en España, Aleg Skaara, que "se alegra mucho" de ser uno de los primeros noruegos en visitar la población en la que vivió su querida princesa.
Fue en otoño de 1257 cuando una nave vikinga salió del puerto de Bergen en dirección sur. A bordo del barco viajaba la responsable del actual hermanamiento entre castellanos y leoneses y noruegos: la princesa Kristina. Una joven princesa que llegó a tierras burgalesas para desposarse con el infante Felipe, hermano del rey Alfonso X.
Extranjera e incomprendida por las damas de la corte castellana, Krisitina nunca pudo olvidarse del verde de su tierra ni de su familia y fue apodada por muchos como "la princesa triste". Innumerables cantares así la recuerdan, como un ser de belleza extrema que no supo estar lejos de su país. Cuatro años después de haber llegado a Sevilla, ya con su esposo y con tan sólo 28 años, la belleza nórdica falleció sin dejar descendencia. Sus restos fueron trasladados a Covarrubias donde reposan desde hace siglos.