La exposición 'Hijo de Laocconte. Alonso Berruguete y la Antigüedad pagana' en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid muestra hasta el próximo 5 de noviembre 67 piezas del mundo clásico y del propio Berruguete, donde se busca mostrar la reinvención del escultor tras su paso por Italia, con una mezcla del arte cristiano y la estatuaria clásica.
No en vano, su paso por Roma y Florencia y su contacto con maestros como Rafael, Sansovino, Bramante y Miguel Ángel contagió a Berruguete de su euforia por los clásicos y su manera de ver el arte. Su regreso a Castilla en 1518 supuso traer un "aura de vanguardismo" y de europeo avanzado de la mano del Renacimiento. Hasta el punto de que la muestra habla que "incendió" y "reinterpretó" la escultura de su tiempo, pese a contar con solo 30 años. "Su maleta italiana viene cargada de ninfas, seres grotescos y tragedias clásicas", precisa la exposición del Museo Nacional de Escultura. Entre ellas, está una copia de una escultura de Laocoonte que describe un trágico hecho de la guerra de Troya.
La exposición, ubicada en el Palacio de Villena y con entrada gratuita, revela cómo Alonso Berruguete reinventó y entrelazó ese universo clásico con nuevas interpretaciones hasta contar con una obra "independiente, desmedida, llena de emoción y vehemencia", hasta el punto de que le convirtió en el "primer moderno" de la escultura española. La muestra es una oportunidad para contemplar los retablos de la Epifanía de Berruguete, con las escenas de la Natividad y la Anunciación, pero también un 'Ecce homo' y el 'Sacrificio de Isaac', todos ellos en madera policromada.
'La Venera' de San Benito
También hay piezas de alabastro del escultor natural de Paredes de Nava (Palencia) como el 'Llanto sobre Cristo muerto', procedente de la Colección Gregorio Marañón. Sobresale la obra única de la 'Venera' del Retablo Mayor de San Benito el Real. No en vano, la gigante concha de 5,20 metros de diámetro ha sido recuperada desde que fue desmontada en el siglo XIX, con motivo de la desamortización de Mendizábal. Tampoco podía faltar una reproducción de yeso 'Laocoonte y sus hijos' así como un dibujo en carta autógrafa de Berruguete, cedido por el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid.
La directora del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, María Bolaños, valoró, según declaraciones recogidas por la Agencia Ical, la muestra porque permite comprobar la obra de un "artista familiar" por sus sepulcros, retablos y sillares para iglesias y que ahora se acerca como un Berruguete "más pagano, poco ortodoxo, fuera de contexto y con temperamento más sensual".
"Artista total"
El comisario de la muestra, Manuel Arias, se refirió a Berruguete como el "artista total" como escultor, pintor y dibujante. Una faceta que le llevó a hablar de una exposición "muy profunda" en el contenido. "El hilo conductor es el mundo de Laocoonte que martilleó el cerebro de Berruguete desde su viaje a Italia. Fue su 'leitmotiv' y, desde entonces, toda su obra tiene guiños a esta obra clásica", rubricó.
María Bolaños destacó el momento "particularmente interesante" que atraviesa la escultura del Siglo de Oro español, donde el papel del Museo de Valladolid es predominante al albergar la mejor colección del género. Además, reconoció que las exposiciones temporales como la centrada en Berruguete son un "medio eficaz" de difundir el conocimiento. No en vano, consideró que "dan un aire saludable" a la estructura rígida de un museo.
También recordó el duro trabajo de todo el equipo del museo y agradeció la colaboración que ha encontrado en todas las instituciones para hacer posible esta muestra, con la cesión de piezas procedentes de la Galería de los Uffizi, el Museo Arqueológico Nacional, El Prado y colecciones privadas.
En la inauguración de la muestra, la delegada del Gobierno en Castilla y León, María José Salgueiro, que estuvo acompañada del subdirector general de Museos Estatales, Miguel González Suela, aseguró que la exposición temporal el Museo Nacional de Escultura de Valladolid "sigue abriendo sus puertas a nivel internacional, suscitando interpretaciones renovadas, originales y enriquecedoras".
Salgueiro aprovechó el acto para recordar la apuesta del Gobierno central con este tipo de exposiciones tras presentar en marzo pasado el Plan Cultura 2020 que aspira a convertirse en un "instrumento de referencia" para hacer de la cultura en España una política de Estado. En ese sentido, mencionó la colaboración institucional y público privada. No en vano, la muestra de Valladolid ha sido posible gracias al apoyo del Centro de Estudios Europa Hispánica, la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Escultura, la Diputación de Palencia -que estuvo representada por su presidenta, Ángeles Armisén-, el Ayuntamiento de Valladolid y las empresas Prosol Productos Solubles y Europac Group.