Su nombre quizá no les suene, pero sus imágenes seguro que sí. Lewis Hine retrató los malabarismos de los obreros que construyeron el Empire State de Nueva York.

Se lanzó a la fotografía para enseñar mejor a sus alumnos y la usó como denuncia social. Registró la llegada de los inmigrantes europeos en busca de ese sueño americano que se convertiría en pesadilla.

Mujeres y niñas cosían a destajo en talleres clandestinos, mientras sus hermanos vendían periódicos en Brooklyn, se adentraban en la mina,  o pasaban la noche en una fábrica de vidrio con apenas 10 años.

Lewis Hine dijo que quiso mostrar lo que había que corregir y lo hizo: exhibió el precio humano del progreso.