BURGOS

Caleruega

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CALERUEGA

Caleruega nace para la historia entre los años 912 y 940 de nuestra Era. El nombre, según los filólogos, deriva del latín 'cabis', cal, producto abundante en la zona. Un grupo de familias procedentes de Castilla Vieja (del norte) o de Mozarabia (sur) forman el poblado, establecen un concejo, se reparten las tierras, señalan los pastos y montes, alzan una torre de vigilancia, instalan un molino y construyen un templo.

En más de una ocasión los musulmanes arrasaron con todo destacando la destrucción del año 939, antes de la batalla de Simancas. La primera noticia de Caleruega data del año 1062.

En el año 1094 aparece el nombre de Caleruega en el archivo del monasterio de San Salvador de Oña. La historia de Caleruega da en 1170 un giro radical, en esta fecha nace en la localidad Santo Domingo de Guzmán. Uno de los burgaleses más célebres.

Antes de que pasara un siglo, el rey Alfonso X El Sabio había creado un señorío político y espiritual en la villa para gloria del santo. Ordenó el traslado a Caleruega de las monjas, ya dominicas, desde San Esteban de Gormaz al convento que, por encargo suyo, había construido el obispo de Osma sobre las casas de los Guzmanes.

El rey acudió a Caleruega y otorgó fuero, convento, villa y términos a la priora de las dominicas. El señorío de las monjas sobre Caleruega dura hasta los cambios del siglo XIX. Caleruega no depende de otras administraciones y así aparece en solitario en el censo de 1591.

A mediados del siglo, hacia 1950, la Orden de los Dominicos favorece a Caleruega como lugar santo de la orden valorando el ambiente de silencio y de cristiandad de la tierra. Hombres beneméritos, como los padres Carro y Suárez, trabajaron incansables hasta inaugurar un Centro de estudios y de espiritualidad para los varones de la Orden y restauraron la torre, iglesia, pozo y claustros.

Hoy Caleruega es una referencia importante en los ámbitos teologales e incluso turísticos gracias a
Santo Domingo.

Bodegas tradicionales

En las laderas del Monte de San Pedro, la Peña San Jorge, el Pico de la Horca y el Tallar, que circundan el pueblo, se encuentran encavadas numerosas bodegas. Sin embargo, es a dos kilómetros de la población, donde se encuentra la bodega más antigua de la Ribera del Duero, en el despoblado de San Martín de Bañuelos.

El primer documento referido al enclave data de 1179, cuando pertenecía al Rey Alfonso VIII,
aunque podría ser anterior, ya que en esa zona pudo existir una villa romana.