El tiempo ha pasado, no estamos ya en el siglo XIX, sino en el año 2015, y ellos, fotógrafos minuteros, tratan de que esta técnica de raíces españolas perviva en el tiempo.
Esta era una imagen habitual en muchas plazas españolas, una voluminosa cámara de madera, y un cajón con un laboratorio portátil en su interior. Para ser retratados simplemente hay que mirar al pajarito y sonreír.
Muchos se sorprenden al ver estas cámaras minuteras, y más cuando con un simple toque de botón, puede hacerse una foto digital.Eso sí sin el encanto de este tipo de fotografía que lucha por sobrevivir en el tiempo.