2023 es un año complicado para los agricultores que, además, ven cómo las previsiones de cosecha de cereal no son nada halagüeñas. Podría ser la segunda peor cosecha de la década. De media se va a aprovechar un 80%, aunque hay zonas donde no se llega ni al 25%. Este jueves, 15 de junio, han comenzado a trabajar en Madrigal de las Altas Torres, en Ávila, donde los profesionales agrarios auguran que recogerán un tercio de lo que sería un año normal.

Ventura González cogió el testigo de su padre. Lleva 12 años siendo agricultor profesional y lo de 2023 ha sido histórico, asegura que hablando con los veteranos no habían visto tanta sequía unida a cambios de temperatura extremos. Él ha sido el encargado de inaugurar la cosecha en Castilla y León, mermada y con lluvias torrenciales como colofón, que además de criar maleza en el cereal, han fomentado la aparición de hongos que han oscurecido tanto el grano como la paja.

El grano en los primeros cortes está dando el peso específico, pero los malos auguros parece que se cumplirán. En la comarca de La Moraña, la media suele ser de unos 2.500 kilos de cereal por hectárea. Este año será de unos 700, es un tercio de lo normal. Bajos rendimientos que se van a sumar a los altos costes que ya arrastraba. "Por hectárea el coste suele ser de uno 400-500 euros/ha, mientras que esta campaña ha rondado los 900 euros/ha. Es más del doble que en un año normal", lamenta Ventura.

Él ya baraja dejar en barbecho o descansando algunos terrenos por no ser capaz de soportar esos costes de producción, por lo que reclama ayudas. "Ahora mismo no es viable ser agricultor ni ganadero, y aunque somos optimistas, necesitamos ese balón de oxígeno, con ayudas directas que nos permita salir adelante", asegura.

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