El nuncio de su santidad en España, monseñor Renzo Fratini impuso a Fidel Herráez Vegas el palio arzobispal, un distintivo que solo portan los arzobispos y que es símbolo de la comunión de éstos con el papa. La imposición se llevó a cabo en el marco de una celebración eucarística en la catedral, en la que además participaron los pastores de las diócesis sufragáneas de la provincia eclesiástica de Burgos, que son los obispos de Palencia, Manuel Herrero; Bilbao, Mario Iceta; y Vitoria, Juan Carlos Elizalde; así como el administrador diocesano de Osma-Soria, Gabriel-Ángel Rodríguez, que en la actualidad carece de obispo.
El palio es una banda de lana virgen de seis centímetros de ancho, cosida de forma circular y que se coloca sobre los hombros de los arzobispos. Cuenta además con dos tiras de lana que cuelgan sobre el pecho y la espalda y está adornado con seis cruces bordadas en seda negra. Se trata de un distintivo litúrgico cuyos orígenes se remontan al siglo IV y que es símbolo de la comunión que existe entre los arzobispos y el obispo de Roma, además de significar la misión de los obispos como 'Buen Pastor' que lleva en hombros a sus ovejas.