CINE

'Moneyball: Rompiendo las reglas'

  • 'La cinta es entretenida y con un ritmo que no decae, aunque tampoco sube. Mi adrenalina pudo largarse de fin de semana tranquila'

José S. ISBERT / rtvcyl.es

FICHA TÉCNICA:

  • Película: Moneyball: Rompiendo las reglas.
  • Título original: Moneyball.
  • Dirección: Bennett Miller.
  • País: USA. Año: 2011.
  • Duración: 133 min.
  • Género: Drama.
  • Interpretación: Brad Pitt (Billy Beane), Jonah Hill (Peter Brand), Philip Seymour Hoffman (Art Howe), Robin Wright (Sharon), Chris Pratt  (Scott), Tammy Blanchard (Elizabeth), Stephen Bishop (David). Guión: Steven Zaillian y Aaron Sorkin; basado en un argumento de Stan Chervin; a partir de una novela de Michael Lewis. Producción: Michal De Luca, Rachael Horovitz, Scott Rudin y Brad Pitt. Música: Mychael Danna.
  • Fotografía: Wally Pfister.
  • Montaje: Christopher Tellefsen.
  • Diseño de producción: Jess Gonchor.
  • Vestuario: Kasia Walicka-Maimone.
  • Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España.
  • Estreno en USA: 23 Septiembre 2011.
  • Estreno en España: 3 Febrero 2012.

SINOPSIS

'Moneyball: Rompiendo las reglas'está basada en la historia real de Billy Beane (Brad Pitt), una prometedora estrella del béisbol que, incitado por el fracaso de no haber demostrado en el campo todo lo que se esperaba de él, enfocó toda su naturaleza competitiva hacia el área de la dirección de equipos. Al comienzo de la temporada 2002, Billy se enfrenta a una situación deprimente: su modesto equipo, los Oakland Athletics, ha perdido, una vez más, a sus mejores jugadores a manos de los clubes grandes y encima tiene que reconstruirlo con sólo un tercio del presupuesto. Sin embargo, decidido a ganar, Billy se enfrenta al sistema desafiando a los más grandes de este deporte. Así, busca opciones fuera del mundo del béisbol y topa con las teorías innovadoras de Bill James. Es entonces cuando se decide a contratar a Peter Brand (Jonah Hill), un economista de Yale, inteligente y con talento para los números. Juntos se enfrentan a las teorías establecidas para medir la actividad en el juego y las reexaminan apoyándose en el análisis estadístico por ordenador, hasta entonces despreciado por la clase dirigente del béisbol. Llegan a conclusiones que desafían la imaginación y van a por jugadores descartados por los demás por raros, mayores, lesionados o problemáticos, pero con habilidades claves poco valoradas. A medida que Billy y Peter avanzan, sus nuevos métodos y su lista de 'inútiles'irritan a la vieja guardia, a los medios de comunicación, a los forofos y al propio director de campo (Philip Seymour Hoffman) que se niega a cooperar. Finalmente, el experimento no solo cambiará la forma de jugar, sino que también aportará a Billy una nueva comprensión que trasciende el juego y que le hará avanzar en el terreno personal.

CRÍTICA

Me sumergí en la película porque me interesa seguir las andaduras del gran Brad, y porque aborda precisamente un tema al que no estamos habituados. Lo primero que me vino a la mente tras las primeras secuencias era una incompresión tajante... ¿Por qué ese deporte extraño suscita tantas pasiones?

Lo del tipo con la pelotita se entiende: la tira hacia otro del equipo adverso, que la tiene que sacudir con el palo (bate). Bien. Si falla, la recoge el que está de cuclillas, acorazado y con casco. Se puede comprender, pues a nadie le gusta recibir un pelotazo en la cara o en las... o en los... Me imagino que se me entiende. Pero ¿qué hace el tercer tipo detrás del acorazado? ¿Le vigila para que no se escape? ¿Le amenaza? ¿Le distrae?

Supongamos que el del bate acierta y manda la pelota al carajo. ¿Por qué sale corriendo como si le persiguiera el diablo si cumplió su cometido? Y si corre como un poseso, ¿por qué no le persigue nadie? No sé, se me estaba ocurriendo, y recordad que estoy majara, introducir un Mihura de seiscientos kilos de mala leche en el terreno de béisbol durante un partido. ¡Seguro que corrían todos, y esta vez con buenas razones!

La cinta es entretenida y con un ritmo que no decae, aunque tampoco sube. Mi adrenalina pudo largarse de fin de semana tranquila. Hubo un detalle que tampoco entendí muy bien, y que se repite. Si alguien lo conoce le invito a que me lo explique: en varias escenas se ve a los intérpretes reunidos, muchos de ellos con dos tazas, tomando café y otras bebidas cuya marca aparece como estipulado en el contrato con los patrocinadores. Pero ¿por qué se pasan el tiempo escupiendo en la segunda taza? ¿Qué es lo que escupen? ¿Beberán el café con granos?

Brad Pitt interpreta a un personaje famoso en la historia de ese deporte de masas allende el océano que nos separa. Está ajustado, sin otra proeza que cumplir su cometido para justificar su sueldo. En diversos planos me recordó a Al Pacino, en particular con algunos movimientos de sus labios o expresiones.

La fotografía es decente, moderna y sin imaginación. El elenco es algo pobre, aunque no se puede reprochar a los actores su falta de virtuosidad con un guión tan  indigente.

¿Qué le falta y qué le sobra a la cinta? Le falta intensidad dramática, emociones, tensión, todo lo que haría vibrar al espectador amante del cine. Le falta densidad humana, aunque el único que se salva a mis ojos es Jonah Hill. Interpreta al especialista en estadísticas que revolucionarán ese deporte. Es el único que se humaniza. También falta grandeza, escenas en las que el público se engancha.

Le sobran interminables charlas de abrumante monotonía, situaciones reiteradas, decorados insulsos y secuencias de partidos sacadas de su contexto. La filmografía sobre temas deportivos ha alcanzado tales metas que nuestro querido Brad Pitt se queda algo corto, por mucho que haya invertido. Recordemos 'Los blancos no la saben meter' de Ron Shelton, 'Million Dollar Baby' y más recientemente 'Invictus'ambas de Clint Eastwood, 'Toro Salvaje”, de Martin Scorsese, o la serie de los 'Rocky'de Sylvester Stallone.

Y hablando de béibol, mencionaré solamente dos grandes pelis que pusieron la cota muy alta: "The Stratton Story", 1949, de Sam Wood, con James Stewart y June Allyson, en la que él, campeón de baseball, pierde una pierna y vuelve al campo después de los avatares correspondientes. Y, como no, también otra peli de Sam Wood, esta vez de 1942, con Gary Cooper, "El orgullo de los Yankies"

O sea, que nuestro querido Brad Pitt debería seguir su vía que tan bien funciona: interpretar lo que le propongan, porque es un actor con carisma, y seguir haciendo hijos  a su Angelina, lo que más de uno le envidia…

He dicho.