En el Bierzo ha vuelto a funcionar una herrería singular en España. Una fragua que tras una meticulosa restauración se ha recuperado para el disfrute de los visitantes. Es el mayor atractivo, el eje de un proyecto más amplio que nos invita a viajar en el tiempo.
Es el latido de una herrería única cuya fecha de creación es aún debate entre historiadores. Lo cierto es que es un mecanismo único. El agua entra y mueve un enorme mazo pilón que permite moldear el metal para acabar el trabajo.
La entrada del agua también permite que el aire sirva para avivar el fuego en el que se calienta el metal. Tras meses de trabajo, ha reabierto al público. Se cerró hace tres años por problemas en el mantenimiento del mecanismo, pero aún así, en 2015 recibió 6.000 visitantes. Agua, fuego y aire, como hace siglos permitieron moldear el hierro que transformó la agricultura local.