La historia transcurre en la pequeña aldea de Bree, en una particular taberna en la que pueden ocurrir tantas cosas bajo la mirada, o no, de Mantecona. Es el Poney Pisador, tal cual lo ha imaginado el salmantino Tomás Hijo. Un trabajo que ha sido elegido la mejor obra artística del año por la 'Tolkien Society' y que reconoce el respeto al texto original del Señor de los Anillos, aunque va mucho más allá.
Tomás Hijo es un artesano del dibujo, del siglo XXI. Delante de la pantalla del ordenador crea los bocetos de sus complicadísimas composiciones tolkinianas. Después las pasa a un linóleo donde gubia en mano realiza en negativo los trazos que cobrarán todo su sentido en el grabado. Técnica medieval para una estética muy propia de este universo.
Una propuesta con una espectacular acogida entre los seguidores de Tolkien de todo el mundo gracias a las posibilidades de internet. Acogida que ahora seguro que tomará aún más impulso gracias a este premio.