El ingreso  mínimo vital cumple un año desde que puede solicitarse y lo hace muy lejos de los objetivos de cobertura que se marcó el Gobierno. Solo uno de cada cuatro solicitantes acaba cobrándola. En Castilla y León son 11.000 personas las que la reciben, de las 40.000 que lo han intentado. Hay 1.600 personas que cobran ambas prestaciones y más de 4.000 la Renta Garantizada de Ciudadanía.

Matilde Cañero lleva encadenando trabajos desde hace años, nunca fijos, siempre puntuales. Solicitó el ingreso mínimo vital hace meses, pero se lo denegaron porque ha trabajado 10 días como cuidadora, y uno de los requisitos para cobrar la ayuda del Ministerio es haber estado en paro durante los últimos seis meses. Tampoco puede acceder a la renta garantizada de ciudadanía, la ayuda que gestiona el gobierno regional. Tiene 58 años, una familia a su cargo y ninguna esperanza ya puesta en las ayudas

El ingreso mínimo vital cumple su primer año

El ingreso mínimo vital cumple su primer año lejos de sus objetivos iniciales. Para los sindicatos, el balance, "es positivo, aunque hay que mejorarlo."

Aunque el Gobierno esperaba alcanzar con estas ayudas a 850.000 hogares de nuestro país, la realidad es que solo han llegado a 260.000. Según los últimos datos, en mayo los beneficiarios eran 682.000 y no los 2,3 millones anunciados hace un año. Muchas peticiones, sobre todo al principio, se quedaron en el camino. 

El exceso de burocracia y los retrasos han lastrado también el avance de una ayuda, de media en Castilla y León, de 460 euros. "Tendría que ir unido a una integración social y sociolaboral.

Cuestiones pendientes de cara a la tramitación ya en marcha en el Congreso de la ley del ingreso mínimo vital. Una ayuda que pese a sus problemas, para miles de personas ha sido un pequeño balón de oxígeno.