“¡¡¡Es tiempo para soñar!!! La historia dormita en los pequeños pueblos de la España eterna. Vivo en un pueblo en el que las personas se saludan si se cruzan por la calle y en el que todos conocen el nombre del vecino.”
Cervatos de la Cueza, provincia de Palencian, gigante por su aportación Sanmartiniana y por su vejez cargada de siglos.
A la vera del camino de Santiago en la N-120, se encuentra Cervatos de la Cueza, municipio Castellano–Leones con Raíces de tierras de Campos pero de corazón Español - Argentino. Corazón que late al mismo ritmo que los argentinos sin olvidar las raíces castellanas. Está en la provincia de Palencia y sería uno más de los lugares pequeños que apenas aparecen en el mapa geográfico y nunca en alguna referencia fuera de lo cotidiano, para aquellos que descienden de esta zona. Pero ocurre que en este pueblo, Cervatos de la Cueza, nació Juan de San Martín y Gómez el día 3 de febrero de 1728, padre de General José de San Martín que además de participar en importantes batallas contra Napoleón, construyó una de las más grandes epopeyas en Sudamérica, teniéndosele hoy como el Libertador de Argentina, Perú y Chile. Sin duda ha pasado a la historia como uno de los personajes más importantes del continente americano.
Hay varias construcciones con seña argentina y entre ellas “El museo del General San Martín” (Declarada Bien de Interés Cultural en el año 2000), casa típicamente castellana, dónde en su interior, en los rincones de cada una de sus habitaciones, se respira vida argentina.
Es un pueblo acogedor con mucha historia…La Casa-Museo del General San Martín, recién rehabilitada, la iglesia Colonial San Miguel y Santa Columba, la torre de San Miguel, el monumento a Juan de San Martín, sito en la plaza República Argentina, nuestra querida encina con historia, un espléndido y tranquilo parque donde merendar y pasar la tarde… Destaca la arquitectura religiosa de este municipio, especialmente la Iglesia Parroquial de San Miguel y Santa Columba. En el templo original se casaron los abuelos del General San Martín, héroe y libertador de Latinoamérica, así como se bautizó su padre a principios del siglo XVIII. Por desgracia en la postguerra el templo fue quemado y hoy en día sólo se conserva la torre original y una capilla construida posteriormente y terminada hace unos pocos años. Visita obligada merece esta torre de estilo mudéjar, así como su iglesia estilo colonial, construida con fondos argentinos, que deja la boca abierta a todo aquel turista y peregrino del camino de Santiago que se acerca hasta el municipio.
En el interior del templo se encuentra una talla de “Nuestra Señora de los Remedios”, policromada y de gran devoción por parte de los pastores, que crearon una cofradía en su honor y una talla de la Virgen “Nuestra Señora de Luján”.
De su espectacular Semana Santa, destaca la Procesión de Viernes Santo, está encabezada por una preciosa Cruz de plata llevada por un penitente, seguidamente la acompaña una gran cruz de madera llevada por dos hombres (Jesús el Nazareno y Simón el Cirineo), vestidos con dos túnicas oscuras, con largas pelucas y con los pies descalzos, acompañados por otras dos personas para taparles, con unas mantas, en las paradas de descanso.
Recorriendo toda la procesión, de un lado a otro, van los famosos y peculiares “Grillos”, que son penitentes vestidos con hábitos morados, sus caras cubiertas con unos capirotes y en los tobillos llevan los grilletes (que antiguamente se ponían a los presos) que al andar en el silencio de la noche hacen un ruido muy peculiar y llamativo (a los niños les da un poco de miedo) de ahí les viene el nombre de “Grillos”. También acompaña la procesión penitentes descalzos.
Todo ello envuelve una procesión diferente, sentida, muy emotiva y especial.
Durante el verano la localidad realiza diversos actos culturales, destacando sus fiestas patronales en honor a San Roque y San Roquillo, que tienen lugar el 16 y el 17 de agosto. Se trata de la fiesta mayor de la localidad en la que se celebra una eucaristía en honor a San Roque, que posteriormente procesiona por las calles de la localidad.
Junto a la fiesta del patrón, Cervatos de la Cueza honra a su patrona el segundo fin de semana de Octubre, con la advocación de Nuestra Señora la Virgen de los Remedios.
A tiro de piedra, en Quintanilla de la Cueza, pedanía de Cervatos, la espectacular villa romana “La Tejada” (Declarada Bien de Interés Cultural el 2 de octubre de 1995) y una preciosa iglesia que se está derrumbando.
Cervatos de la Cueza ofrece una paz y una tranquilidad envidiables para quienes sufren el estrés de la capital, aunque lo mejor son sin duda las gentes que lo habitan: unos vecinos hospitalarios, acogedores y de carácter abierto y agradable. Ellos hacen que el visitante sufra una especie de encantamiento desde que llega hasta que abandona Cervatos de la Cueza y sus pedanías, tras recorrer sus fuentes, manantiales, vegetación, todo lo que hace mágico nuestros pueblos.
La lección más importante que se aprende en este pueblo es que la felicidad no tiene que ver con el dinero. No tiene que ver con el bar “pijo” o el restaurante de moda. Sino que está en la gente con la que la compartes.