La pesadilla y la incertidumbre del caso de los niños desaparecidos en Córdoba ha durado 323 días.

Desde el principio la policía tuvo clara la responsabilidad del padre en la desaparición de sus hijos, de hecho fue detenido diez días despues y, desde entonces, permanece en prisión. En sus sucesivas declaraciones siempre ha manenido una actitud fria aunque sus testimonios están plagados de continuas contradicciones.

El 8 de octubre de 2011, José Bretón denunció la desparación de los pequeños en un parque de Córdoba, afirmando que alguien se los llevó en un descuido cuando él fue un momento a su coche.

Fue entonces cuando comenzó la búsqueda con un primer registro de la finca familiar, el día 10 de octubre de 2011.

A pesar de no encontrar ninguna prueba concluyente, el 18 de octubre la policía detiene a José Bretón como principal sospechoso de la desaparición de sus hijos. Su ex mujer, y madre de los niños, siempre ha asegurado que se trata de una venganza contra ella por el divorcio.

Pasan los meses y no hay indicios de qué ha pasado con los niños, la Interpol activa la búsqueda internacional el 20 de diciembre.

Desde la cárcel José Bretón llega a autolesionarse el 30 de enero de 2012 para simular un intento de suicidio, siempre defendiendo su inocencia e insinuando que alguien tiene a los menores. En prisión mantiene varios careos con su mujer y los familiares de ésta.
    
El 15 de marzo, la Policía Nacional reconstruye hasta 15 veces los movimientos que supuestamente hizo José Bretón en el parque. Su relato no encaja.

Durante los meses de junio y julio vuelven a registrar la finca familiar en varias ocasiones más y buscan hasta en el rio Guadalquivir sin éxito, hasta el 30 de julio, día en el que concluyen las labores policiales.