Juanma García / rtvcyl.es
La tradición mitológica las llama náyades. Actualmente están catalogados entre los animales más amenazados del planeta. Su población ha caído un 90% en los últimos 50 años. Por eso en Sanabria se miran con lupa.
. Cada ejemplar filtra unos 50 litros de agua diariamente. De ahí su importancia para el ecosistema. Cada molusco suelta unos 3 millones de larvas al año. Pero tan solo menos del uno por ciento va a parar a las bránqueas de las truchas. Es ahí donde comienza su ciclo reproductor.
En un programa de recuperación, la Junta de Castilla y León está logrando reproducirlos en cautividad. En otros países europeos ya se ha logrado de manera satisfactoria. Un proyecto a largo plazo pero con fundadas esperanzas. Su presencia en el lecho y riberas de los ríos es una garantía de la calidad de las aguas, y del equilibrio del ecosistema fluvial de interior.