Adrián Parras no deja de soñar. Su gran objetivo es estar en unos Juegos Paralímpicos. "Los de Tokio los veía imposibles, pero me dieron un propósito. Si no es ahora en París, pues… Los Ángeles. Hay que lucharlo", asevera.
Y su momento de forma le lleva a creer que así puede ser. La primera parada será en la localidad francesa de Reims, en el Mundial y el Europeo de Pista Cubierta. Allí llega con una marca de 9:03 en los 3.000 metros, un segundo menos que el registro que logró en el Meeting de Madrid.
Pero Adrián no se conforma con ello. Quiere "rebajar" su propio récord de España y, "por qué no, hacer récord del mundo". La ambición le caracteriza, que tiene en la polivalencia otra de sus mejores cualidades. "Soy como un todoterreno", explica.
Pese a su corta trayectoria, es una de las grandes revelaciones del atletismo de Castilla y León. Una carrera meteórica que no habría sido posible sin su familia. El vallisoletano no puede evitar emocionarse cuando habla de ellos. "Si yo estoy feliz, ellos también lo están", finaliza. Felices y orgullosos de una trayectoria en la que Adrián todavía tiene mucho que decir.
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