BURGOS | Río Arlanzón

El pato mandarín ha llegado para quedarse

En China es símbolo de buena suerte y se regala a los recién casados para que les dure el amor

Rtvcyl

A finales del 2014 un ejemplar con descendencia asiática llegó a Burgos para convivir con las aves acuáticas en el Arlanzón. El pato mandarín cautiva con su belleza y parece que está muy a gusto en aguas burgalesas con los patos domésticos. Llegó incluso a emparejarse con una hembra de su misma especie de la que ya no se sabe nada.

Una de las hipótesis de la llegada del pato mandarín a Burgos es que provenga del sur de Inglaterra o de Francia donde se han establecido poblaciones de este ejemplar originario de China. Pero la más extendida es la que apunta a que el pato se escapó de alguna colección de aves ornamentales.

Lo cierto es que desde que llegara a estas aguas en noviembre del 2014, cautiva con su belleza. 

En China es símbolo de buena suerte y se regala a los recién casados para que les dure el amor. Este pato también se enamoró el año pasado de una hembra de su misma especie de la que no se ha vuelto a saber nada.

Se siente a gusto con los patos domésticos y especialmente con las hembras gigantes que tienen sus atributos multiplicados.