POLÍTICA

13-F, dos años después

El adelanto electoral en Castilla y León se convirtió en la antesala del ciclo electoral que luego vivimos en 2023 con las generales y municipales

Roberto Caubilla

13-F, día histórico. Era la primera vez que íbamos a las urnas en solitario. El adelanto electoral cumple ahora dos años y marcó el inicio de una etapa en la que se ha vuelto a los partidos "refugio" y el PP ha cambiado, como hemos visto luego en varios gobiernos autonómicos y ayuntamientos, de socio.

"Fue una jugada arriesgada a los intereses del PP. Sirvió para poner sobre la agenda estatal a una comunidad que normalmente va en grupo", destaca Miguel Vicente, profesor de Sociología de la Universidad de Valladolid.

Nos puso en el foco mediático y la campaña se jugó en clave nacional. Pero ir a las urnas en solitario también tuvo su efecto negativo: la participación cayó en siete puntos porcentuales. "La gente va menos a votar si no sabe por qué razón tiene que hacerlo y si no hay otros comicios", explica Pablo Simón, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III.

Tras el recuento: el PP recuperó ser la primera fuerza en las Cortes, pero sin alcanzar la mayoría, el PSOE aguantó el golpe y Vox subió hasta la tercera fuerza. "En la derecha no había cabida para tres partidos, solo podían quedar dos", comenta Simón.

También surgen con fuerza proyectos como ¡Soria Ya!. Logró en su primera participación tres escaños. Luego, en su aspiración por llegar al Congreso, el resultado no fue el mismo. "Las elecciones generales se convocaron en un ambiente muy polarizado y la gente piense en los dos grandes partidos", dice Simón.

Es lo que Vicente considera un "retorno hacia los partidos refugio". Una situación que, al final, termina desinflando a los partidos más pequeños.

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