Una explotación ganadera de La Coruña ha conseguido frenar la oleada de ataques de lobos gracias a una burra, que se ha convertido en la perfecta vigilante del campo.

Es prácticamente imposible cercar el campo para que los lobos no ataquen, como también utilizar alarmas electrónicas para alertar de sus fechorías. En una explotación de Ordes, en La Coruña, han recurrido a un sistema de defensa completamente natural, un radar animal contra los lobos. En dos años, en la Casa Grande de Zanceda han perdido 12 vacas devoradas por los lobos. Por ello, han decidido imitar el sistema de los ganaderos africanos para prevenir ataques de leones y guepardos.

Desde que la burra Junior llegó a esta manada, no ha perecido una sola res entre los colmillos caninos. Estos equinos cumplen a la perfección su labor de vigilantes del campo, aunque siempre escudados por una buena camada de perros pastores. Con este trabajo el burro se puede salvar a sí mismo a la vez que al ganado, ya que puede servir para reimpulsar una población de asnos, en declive desde hace años en nuestros campos.