Alejandra Abad / rtvcyl.es
La I +D+i concebida como salvavidas contra la crisis, se desinfla. Lo denuncian los propios trabajadores del parque tecnológico de Boecillo, que prefieren mantenerse en el anonimato y hablar por boca de sus sindicatos por miedo a represalias. Sus empresas se han visto afectadas por despidos, ERES o cierres. Según han explicado a Castilla y León Televisión, "la imagen del parque no es la que se vende", es más, aseguran que "el principal foco de atracción y fuente de trabajo para los jóvenes de Castilla y León se muere en silencio".
En los dos últimos años el Parque Tecnológico de Boecillo habría perdido el 50% del empleo. La cifra puede no ser exacta, pero desde UGT nos aseguran que se acerca mucho a la situación actual de un parque concebido en su día como nicho de empresas de primer nivel, que estos momentos debería ser llave para el desarrollo de un nuevo modelo económico.
Esta cruda realidad la atestiguan los propios trabajadores, quienes sostienen que de forma interesada se está ocultando que el parque está tocado por crisis y en su lugar se habla de supervivencia meritoria ante las circunstancias económicas.
Los mismos trabajadores, que preservan su identidad por miedo a las represalias, nos aseguran que "hay edificios vacíos y también oficinas abanadonadas por alquileres dificilmente sostenibles".
La situación se puede concretar en estos ejemplos correspondientes a 2010:
- La consultora tecnológica Aubay hizo efectivo en julio un ere de extinción que afectó a 5 trabajadores.
- 14 despidió en diciembre la multinacional francesa Thales, (dedicada al desarrollo de software). A 89 han afectado los dos eres de suspensión de Tecsidel y Polar sistemas informáticos cerró en 2010 sus sedes de Boecillo y Madrid que con la de Barcelona sumaban 400 empleados. Junto a estos casos, la integración en INDRA de parte de la plantilla de telefónica I +D.
Estas empresas forman parte del sector de la tecnología, innovación y comunicación - las llamadas TIC- que tiene un peso más que considerable dentro del parque, lo integran 56 del total de 138 compañías instaladas en el recinto de Boecillo, y da empleo a 3.000 de sus 5.800 trabajadores.
Estos ERES y despidos, concluyen, se estarían reproduciendo en las empresas subcontatradas por estas compañías punteras, a las que en el argot se les conoce como "cárnicas o charcuteras", también en pequeñas empresas de microservicios como las de limpieza, tarea que algunas TIC habrían llegado a dejar en manos de su plantilla.